Si nos trasladamos al mundo animal, podemos observar como las crías de cualquier especie son capaces de tener autonomía desde su nacimiento y sobrevivir “lejos” de sus progenitores. En los humanos no sucede de esta manera, el bebé “prematuro” en desarrollo necesita de su principal cuidador (papel generalmente asumido por la madre) hasta que consigue esta “autonomía”.
En el libro “Un Ser Humano” se explica como la madre y el niño necesitan estar juntos y seguir viviendo así, para ingerir alimento, para comunicarse, para desplazarse. Con el inicio del gateo alrededor de los nueve meses, el bebé se vuelve “independiente”, si a esto le sumamos que a partir de los seis ya empieza con la alimentación complementaria, un bebé ya puede “sobrevivir” sin su cuidadorx. Nada más lejos de la realidad, yo con mis titantos, sigo necesitando de la mía.
Con todo esto que quiero decirte, que el recién nacido, para su correcto desarrollo, tiene el derecho de estar en contacto directo con su mamá. Su forma de descubrir el mundo y de desplazarse es a través de ella. No se “acostumbran” al colo, no “tienen vicio” es una NECESIDAD BIOLÓGICA.
No entienden de horarios, ni de que su mamá tenga que estudiar de día, ir a trabajar a los 4 meses, ir a la compra o “darse un capricho”. El sueño y la alimentación debe de ser a demanda, lo que supone que tienes que descansar cuando el bebé descanse, no aprovechar para otras cosas el momento sueño de tu pequeño. ¡Madre mía!, solo cuatro meses de baja siendo tan necesarias hasta los nueve. Algo está fallando.